Fueron los
encargados de abrir fuego, y a decir verdad, nos obsequiaron con un
torrente de buen death metal y trash. Buenos músicos, se hicieron
rápidamente con el personal, que a cáusa del puente, no era demasiado
numeroso. Portugal, siempre sorprende, positivamente. A seguirlos, merecen
la pena.
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Rivendel,
(Salamanca)
31 de octubre de 2004 |