El Galia Fest, por fin, tomó color y calor
con la puesta en escena de los
Ammunition. Ya era hora. Por fin, nos
acercamos a las vallas (que parecieran
estar electrificadas) y gracias a su entrega
total, hicieron que la tarde-noche adqui-
riera los tonos que se suponen deben
existir en un Festival. Les costó entrar y
hacerse con la "peña", pero lo consi-
guieron a base de buen hacer, buena
estética, buen sonido y a un cierto aura
de banda grande, acostumbrada
a mayores y mejores "plazas".
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